El presidente del club, Ing. Eduardo Schmittendorf, “sostuvo que este cenotafio, es un viejo anhelo de la dirigencia de Alma Juniors, de tener un lugar físico donde poder recordar a socios y dirigentes fallecidos. En ocasión de cumplirse los 20 años de la mutual, se pudo lograr ese anhelo, oportunidad en la que recordamos a dirigentes y socios de la mutual”.
Seguidamente, Schmittendorf dijo que “en esa oportunidad, el pastor de
Seguidamente, fueron invitados Elsa “Pochi” Gauchat y Ricardo Ballabeni a descubrir la placa alusiva, la cual reza: “Club Atlético Alma Juniors. En memoria de ex dirigentes y socios fallecidos. 1932 – 2011. Esperanza, julio de
Finalmente, hizo uso de la palabra Marta Bessone, familiar del recordado dirigente de toda la vida de Alma Juniors, Avelino Bessone, quien falleció en diciembre de 2010.
“En nombre de la familia, hacemos llegar el profundo agradecimiento por tener siempre presente a nuestro querido Avelino, quien con tanto entusiasmo y amor, dedicó parte de su vida a esta honorable institución”, resaltó.
A continuación recordó una anécdota que ilustra la dinámica del club, años atrás: “Él siempre estuvo presente desde sus comienzos, en el que guardaba la llave del club en su casa. Cuando los chicos querían ingresar, debían retirarlas allí, previas instrucciones de cómo debían cuidar todas las instalaciones”, recordó.
“Con profunda dedicación y convicción dedicó, junto a los colaboradores, a sus torneos de bochas, a la construcción edilicia, al tan anhelado Polideportivo y a las cenas millonarias para recaudar fondos para las obras previstas”, dijo Marta.
Asimismo, recordó que “la fundación de la mutual llenaba su corazón de gozo y alegría. En las conversaciones nos manifestaba la importancia de brindar el servicio a la comunidad, como así también el apoyo a las diversas instituciones sin fines de lucro de la ciudad”.
Finalmente, Marta sostuvo que “los suyos fueron años de compromiso y perseverancia. Ser parte de Alma Juniors lo llenaba de orgullo, así como también haber logrado, juntos a todos los integrantes, ese sentido de pertenencia, traducido en obras, que hiciera que el pequeño club de barrio fuera creciendo; transformándose en lo que hoy representa para la comunidad esperancina, porque Alma es un club íntegro, donde se convoca y contiene a las familias y sus hijos, en el marco del respeto mutuo y del cultivo de los valores humanos”, concluyó.
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