redactorjosé lópez



sábado, 23 de julio de 2011

Sin corregir


Era tarde cuando me puse a escribir lo siguiente, aparte de lo restante en el grabador, que será material posterior, Dios mediante. No se cuanto de mi mente está con la lucidez necesaria para contar lo que he vivido, que a fuerza de ser honesto, no quiero decir que es el “súmmum” de mis crónicas pero, cuando las cosas salen de ahí donde queremos suponer que es lo mejor que poseemos, “el mal llamado bobo”, entonces pienso que no estoy errado. Mientras caminaba con buen ritmo hacia casa, eran las 3 de la matina y no encontré trasnochados, pensaba, qué es lo que hace que un tipo común más allá de su laburo, en mi caso periodismo, haga que el tiempo no influya en el proceder como persona. Todos tenemos nuestras obligaciones pero quiero redondear la hipótesis de que cuando algo vale, todo lo teórico es pura “paparruchada” y que se me perdone la expresión, aunque un “negro” rosarino me exime de tales pecados. Mi grabador quedó inundado de anécdotas que fueron saliendo de los presentes porque nadie manda que alguien cuente lo que siente que debe compartir con otros. No sé cuánto me llevará recopilar lo que ha quedado registrado gracias a los muchachos que dijeron las cosas que tenían guardadas porque nadie les preguntó, ya que lo que hoy interesa, pasa por una mediocridad que aterra. Para empezar van las primeras fotos de un final de fiesta como tal considero el torneo amateur de básquet que se llamó “Pepote Spies”. Los ganadores fueron Seguros Marcuzzi (55 a 51), segundos terminaron los del grupo de Nelson y terceros Casa Biby, que si en la noche del viernes (ya sábado), hubieran ganado por la cantidad de puntos necesaria, eran ellos campeones. El partido, lo describo casi dormido por la hora en que estoy laburando (ya 03.51) y el reloj de la compu no me deja mentir, fue desde el vamos para los Marcuzzi que con su velocidad fueron edificando el triunfo ante el equipo de Casa Biby sin banco y de manos frías, por la ausencia de algunos jugadores que hubieran compensado este déficit. Los números fueron exiguos para los ganadores y estuvieron a un pelo (medio grueso) de perder, y en este caso los ganadores hubieran sido los de Nelson que ni siquiera estaban presentes (cuestión de distancia). Bueno, esto es todo lo que me sale, y como no soy mentiroso digo lo que es, y me alegro de haber estado en esta reunión que me dejó un inmenso placer humano (aparte del buen asado, del vino y las personas, obsequio de la comisión). Dejo aquí, no quiero desafinar demasiado porque por haber sido o ser aún músico, tengo oído para que no me deje “pifiar” demasiado, para eso hay otros y espero no escucharlos. Todo esto ha sido con cariño y a una hora en que la mayoría duerme, aquellos saben que lo que dirán mañana, digo por los de mi oficio, será de oído, por que en el Nido no estuvieron. Tengo mucho más para exponer de esta noche tan especial y espero contar con la audiencia que supongo, estará de mi parte incondicionalmente. (El que suscribe, José López Romero)

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