como se puede se juega

Al final fue 80-76 para Almagro, con todo el dramatismo de una final, con los mismos nervios, los errores y los momentos heroicos que uno podría imaginar, más allá del momento deportivo por el que atraviesa la institución de nuestra ciudad, y poniendo equivalencia con el tenor del rival, hay que decir que Colón no es la séptima maravilla. Al equipo de Giangrazzo le costó llegar hasta el tercer cuarto para recién pasar al frente 63-60. Hasta ahí Colón parecía una tromba con dos de sus hombres más encendidos, Damelio y Dellagiustina, ya que entre los dos hicieron el 80% de los puntos sabaleros. El primer cuarto había sido 23-27 y se fueron al descanso largo 42-48 adelante la visita dirigida por el "Negro" Gómez, que no estaba tan lejos en el marcador pero impresionaba como si lo estuviera. Almagro se apresuraba en distintos pasajes y cometía equivocaciones inexplicables, y había que sumarle a su padecer las "pitadas" fuera de contexto de los jueces que exacerbaron a jugadores y público. Hubo momentos en que Colón pareció contagiarse y en el sube y baja, corajeando Almagro empata nuevamente a dos minutos del epílogo. Sería propio de un guión de suspenso, cuando a 28 segundos y estando 70-71 abajo, con dos tiros libres Andreoli marra uno pero le alcanza a las águilas para forzar el tiempo suplementario. En los 5' adicionales pasó de todo y yo perdí la cuenta por tomar las últimas fotos y sentirme dentro de la vorágine del partido como uno más y sin vislumbrar cuál sería el ganador. Restaban 1.28, estaba 74-73 el marcador y Almagro erraba en dos o tres ataques consecutivos. Dos libres para Colón y los árbitros son abucheados por sus desaguisados. Ahora es 76-75, empata el rojinegro en 76 encesta Giletta y es 78-76, falta colonista dos tiros para el local y salida de costado porque había sido técnico. Se borran los segundos en un soplo y suena la chicharra para que alcen los brazos los muchachos de "Manolo" desencadenando una alegría cobrada a brazo partido, con errores y aciertos pero poniendo el corazón en cada pelota disputada. En Almagro fueron los más goleadores "Pequeco" Suárez, Giletta y Tocci, pero aportaron lo suyo el pibe Fontana, "Seba" Andreoli, Bauer y Genero.

La gente de Almagro valora el esfuerzo de su equipo, grita, se enoja con ellos pero también los aplaude y descubre todos sus sentimientos porque sabe que esto es lo que le toca y así será hasta un mejor momento. Igual se disfruta, de eso no me caben dudas y los aficionados expresan como lo han hecho antes todo su amor y su locura incondicional. (José Lopez)